Para Robin Schimko, la fotografía es el modo de conocer e interactuar con las personas que viven y definen el paisaje humano de los destinos a los que viaja junto a su cámara.
Mediante una estética personal muy marcada, sumerge al espectador en la vida que transcurre a pie de calle. Instantáneas robadas a la realidad que retratan y describen aquello que hacen únicos a los lugares que visita.